Japón

Japón es un destino perfecto para una luna de miel. Su exotismo, la calma que se respira en sus templos y santuarios, la seguridad de sus calles y el lujo de sus alojamientos tradicionales lo convierten en un destino idílico para un viaje de novios. 

Kioto

La antigua capital de Japón es sorprendente para un occidental. Si viajáis durante la Sakura (época de los cerezos en flor), que tiene lugar aproximadamente en abril, alucinaréis.   Visitad Kinkaku-ji o templo dorado de Kioto, los maravillosos jardines de los templos Ginkaku-ji o el templo Kiyomizudera, con un mirador espectacular sobre la ciudad. Caminar por Sannenzaka es disfrutar de casas de madera y de las antiguas tiendas de mercaderes. De día es precioso, pero todavía lo es más si se recorre al atardecer o al caer la noche. Es el momento en que Sannenzaka se inunda de silencio, magia y de esa luz tan especial. Y si queréis volver al pasado, pasead por Gion, el barrio de geishas y casas de té.  


Fushimi Inari

El santuario sintoísta de Fushimi Inari es uno de los más conocidos por sus miles de puertas o toris, que se suceden una tras otra a lo largo de cuatro kilómetros. Está a menos de veinte minutos de Kioto y os dejará con la boca abierta

Una noche en un ryokan

Tanto si visitáis Kioto, como Tokio o cualquier otro lugar de Japón, alojaros alguna vez en un ryokan. Se trata de un tradicional hotel japonés con decoración nipona, en el que podréis dormir sobre futones o disfrutar de un baño tradicional. 

Escuchar el sonido del bambú

Al oeste de Kioto se encuentra el bosque de bambúes de Arashiyama, uno de los más bonitos de Japón. Vale la pena pasear sin hacer ruido para escuchar el susurro del viento entre el bambú. Algo único que os encantará. 

¿Comer sobre un río? 

Al norte de la ciudad de Kioto, atravesando bosques y ríos, llegaréis a dos pueblos de montaña: Kuruma y Kibune. Durante el verano en Kibune hay restaurantes sobre el río, una experiencia que en japonés se denomina kawadoko. Si podéis, no dejéis de ver la escalera de Kibune al anochecer: las luces forman un sendero luminoso absolutamente mágico. 

Tokio


Prepararos a vivir experiencias únicas. La divertida Tokio os espera. Seguro que no os aburriréis. 
En Tokio existen pasos peatonales y cruces de calles, como el de Shibuya, por el que pasan cada día miles y miles de personas. Os va a alucinar.  
Los fotomatones de purikura son mágicos con sus divertidos efectos especiales. Cuando te fotografías te maquillan a la voz de "ya" poniéndote colorete, labios resultones, ojos saltones… Os vais a divertir.  
Otra de las experiencias que no hay que perderse: subir al metro de Tokio en hora punta. Eso sí, mentalizaros previamente de los empujones que recibiréis. ¿Preparados? 

Montar en un tren bala. ¡Los shinkansen!

Alcanzan distintas velocidades, así que informaros y subiros solo a los más rápidos. Otra buena experiencia será montarse en la línea Yurikamome: no tiene conductores y los trenes se controlan al 100% por ordenador y a distancia. 

¿Buscando qué hacer en Japón?

No os perdáis la experiencia de un onsen o relajante baño tradicional. Imaginaros en una bañera de aguas geotermales y al fondo un maravilloso bosque de bambú. El Ryokan Mount View Hakone os ofrecerá baños termales con la excepcional agua láctica Nigori-yu, perfectos para desconectar de todo. ¡Qué gozada!