Es la puerta de entrada a Malasia. Kuala Lumpur es una ciudad bulliciosa, con modernos edificios y muchas zonas comerciales, como Chinatown o el Triángulo Dorado. No os perdáis las Torres Petronas, la Mezquita de Jamek, el Mercado Central, donde comprar artesanía malaya, y un relajante paseo por el Jardín Botánico de Perdana, con sus orquídeas y sus parques de aves, mariposas y ciervos. ¿Más cosas? Imprescindible visitar las impresionantes Cuevas de Batu, con sus templos hinduistas en el interior. 

Una de las maravillosas islas de la costa Este de Malasia. Perdeos por Juara Beach, con sus dos playas en forma de media luna y cabañitas de resorts frente al mar. Imprescindible hacer snorkel. 

La jungla más antigua del mundo. Aventuraos en la selva con alguna caminata nocturna guiada, trekkings, paseos por las copas de los árboles, navegación por el ríos… ¿Un consejo? Llegad a Taman Negara con el alojamiento reservado. 

Un trocito de los Alpes en medio del Sudeste Asiático, plantaciones de fresas, flores y té inundan su paisaje. ¡Ya veréis que cambio de temperatura! 

Situado en la isla de Borneo, acercaos a sus Parques Nacionales, como el de Lambir Hills, con sus cientos de especies de árboles y sus impresionantes cataratas o el Parque Nacional de Gunung Gading, con una selva tropical montañosa única en el planeta, donde podréis contemplar la Rafflesia, la flor más grande del mundo.