Perderse en Playa Rincón, nadar en la piscina natural de la catarata Salto del Limón, descubrir las dunas de arena de Baní… En la República Dominicana, el país de la eterna primavera, os espera la naturaleza en estado puro. ¡Descubridla!
Patrimonio de la Humanidad, Santo Domingo esconde la primera calle, la primera catedral, la primera universidad y el primer hospital de las Américas. Recorred a pie la parte vieja colonial con sus calles empedradas repletas de joyas arquitectónicas. No os olvidéis tampoco de visitar la Catedral de Santa María, la más antigua de América con sus puertas de caoba de más de 500 años, el museo de la Fortaleza de Zama, la Plaza España ni el jardín botánico.
Es una de las zonas más vírgenes de República Dominicana y el secreto mejor guardado de la isla. Visitad la catarata Salto del Limón, aunque para llegar es preciso caminar unos tres kilómetros. Pero el esfuerzo valdrá la pena, pues el paisaje es espectacular: la catarata cae sobre una playita con una piscina natural donde podréis daros un chapuzón. Imprescindible también Playa Morón, una de las más pequeñas de Samaná, desde las que se pueden ver, entre enero y marzo, a las ballenas jorobadas. Si tenéis tiempo llegaos también hasta Las Galeras, un tranquilo pueblecito de pescadores que alberga la joya de la corona: Playa Rincón, para muchos una de las mejores playas del Caribe.
Auténtico paraíso para los amantes del golf y del buceo, La Romana es uno de los destinos más visitados del país. Conocida también por su exquisita caña de azúcar, esta ciudad alberga el museo submarino de Guadalupe y el museo vivo del naufragio Cara Merchant, del legendario pirata Capitán Kidd. Y a 16 km al este de la Romana encontraréis Bayahíbe, un pueblo de pescadores que os encantará con sus aguas cristalinas, sus arrecifes y su vida marina, lo que lo convierte en el mejor destino de buceo del país. En Playa Bayahíbe se levanta un bonito faro y es uno de los lugares más románticos para ver preciosos atardeceres.
La visita al Parque Nacional Los Haitises es fascinante. Es un lugar paradisíaco que os transporta a la época de los dinosaurios, pues ahí se filmaron escenas de Jurassic Park. Su bosque tropical protegido tiene un acceso limitado por tierra. Por eso se suele llegar en barco.
Situada en las montañas de la Cordillera Central, Jarabacoa es la cuna del ecoturismo del país. Se la conoce como la ciudad de la eterna primavera, pues sus temperaturas acostumbran a oscilar entre los 16 y los 22ºC. Los paseos a caballo o en mountain bike, el rafting, bajar por los cañones o los descensos verticales son solo alguna de las actividades que podréis practicar. Y no olvidéis visitar el Salto de Jimenoa, la cascada más alta del municipio. ¡Increíble!
Son espectaculares. El circuito guiado por estas cascadas es una de las experiencias más alucinantes que ofrece el país. Tras un breve trayecto por carretera desde Puerto Plata, contemplaréis algo único en el mundo. Y si vais a Puerto Plata, no olvidéis subir al teleférico para disfrutar de las vistas.
Es un paraíso para el descanso y punto de encuentro del Atlántico y el Caribe. Más allá de sus maravillosos paisajes y playas, podéis acercaros a Isla Saona, una de las más grandes de la República Dominicana, donde encontraréis bellas playas, selva, manglares… También es aconsejable acercarse a la reserva ecológica Ojos Indígenas. Es un parque natural protegido con más de 600 hectáreas de bosques tropicales y doce lagunas de agua dulce. Podéis adentraros en la jungla siguiendo senderos marcados para descubrir manantiales y bañaros en las lagunas.
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